Aunque lleves mucho tiempo con tu negocio, es posible que no sepas que hay más tipos de facturas distintas además de las que generas a diario.

5 tipos de factura para tu negocioSeguro que no solo emites facturas, también las recibes. Quizás no te hayas fijado con detenimiento, pero hay varios tipos distintos de facturas que puedes recibir.

Existen muchos tipos de operaciones que se pueden llevar a cabo en el mundo de los negocios. Dependiendo de la actividad, cliente, producto o que se venda o compre, hay un tipo de factura que se adapta mejor a la situación.

A continuación encontrarás una lista de los 5 tipos de factura más comunes que puedes encontrar y utilizar en tu negocio.

1.- Factura ordinaria

Como su nombre lo indica, la factura ordinaria es el tipo más común y genérico de factura que nos podemos encontrar.

Este tipo de factura se limita simplemente a documentar que se ha llevado a cabo una actividad económica. Además, puede servir como prueba ya que deja constancia que se ha vendido un producto o prestado un servicio.

Las facturas ordinarias deben contener:

  • Número de factura, 
  • Fecha de expedición,
  • Razón social, si empresa, o nombre y apellidos, si autónomo.
  • Identificación fiscal
  • Domicilio de quien genera y de quien recibe la factura
  • Descripción de la actividad, servicio o producto
  • Tipo y porcentaje de IVA
  • Porcentaje de retención del IRPF
  • Cuota tributaria
  • Importe total
  • Fecha de la operación

Gran parte de estos elementos son compartidos por el resto de facturas que podemos encontrar en este artículo

2.- Factura proforma

Otro tipo de factura bastante común y que seguramente nos hayamos encontrado en algún momento.

Aunque su estructura sea casi igual a una factura ordinaria, no tiene efectos fiscales ni validez ante la Agencia Tributaria. Funciona, más bien, de manera similar a un presupuesto o una oferta comercial, ya que en ella se detallan los productos o servicios al igual que los costes finales de su ejecución.

Es, por tanto, una factura con fin informativo. Es común con las ventas a domicilio o a través de internet: recibimos la factura proforma a la hora de hacer el pago y la factura original cuando recibimos el producto.

Además de los elementos básicos de una factura ordinaria, deben tener su propia numeración, indicar claramente que se trata de una factura proforma y una fecha máxima de validez. 

Si es finalmente aceptada por el cliente, debe convertirse en una factura ordinaria para tener validez.

3.- Factura electrónica

Las facturas electrónicas siempre han sido catalogadas como el futuro de las facturas. No obstante, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que el futuro está aquí ya hace bastante tiempo.

Las facturas en formato electrónico son cada vez más comunes y las encontramos en todo tipo de negocios. La implementación de softwares y herramientas de contabilidad y facturación han hecho que las facturas en papel queden ya obsoletas.

Si quieres dejar atrás las facturas físicas, aquí tienes las mejores herramientas de facturación electrónica para dar el salto y abandonar lo analógico.

4.- Factura simplificativa

Este tipo de factura se conoce comúnmente como “ticket”. Es el papel que nos dan en todo negocio tras haber efectuado una compra y que nos sirve como prueba de su abono.

Es una factura igual a la ordinaria, pero que no debe incluir tantos datos como estas. Con incluir los datos del emisor y lo relativo al servicio es suficiente.

Si bien el ticket como tal ha desaparecido legalmente en 2001, ha pasado a incluirse dentro de la factura simplificada.

Estas pueden emitirse en las mismas operaciones en las que antes se admitía ticket cuando no se superen los 3.000 euros o, a elección del emisor, cuando no supere los 400 euros ― IVA incluído en ambos.

5.-Factura rectificativa

La factura rectificativa es aquella que debemos emitir ― o recibir― cuando una factura anterior no se ha realizado correctamente.

Por ejemplo, si en una factura ordinaria falta uno de sus elementos constitutivos o si ha habido un error humano en el precio o producto.

No se puede simplemente corregir la factura original, sino que es necesario emitir una factura que rectifique la anterior. En este debe aparecer claramente la rectificación, la fecha en que se rectificó, qué elementos y cómo repercute en el importe total.

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